sábado, 14 de marzo de 2009

IRON MAINDE EN EL DF.

IRON FUCKIN' MAIDEN!!!!!.


Dicen que segundas partes nunca fueron buenas, pues yo digo que bueno que somos metaleros y nos podemos cagar de la risa de convenciones como esa. El veintiocho de febrero pasado Iron Maiden se presentó de nueva cuenta en la ciudad de México en el Foro Sol, a poco más de un año de distancia de su última presentación en este mismo recinto.
En la presente ocación el contexto del concierto fue un festival que incluyó: Ágora (metal progresivo nacional), Lauren Harris (familiaridad con el apellido? Asi es, la hija de Steve Harris), Morbid Angel (leyendas indiscutibles del death metal y uno de los más peculiares representantes del genero), Atreyu (metal norteamericano con tendencia screamo), Carcass (los británicos que redefinieron muchas reglas dentro del death metal durante los 80's y 90's) y como cabeza de cartel, los miticos Iron Maiden.
Es dificil de un modo u otro tratar de decir algo novedoso sobre el grupo de las icónicas letras rojas y el aún más icónico Eddie, pues sobre Maiden se ha dicho de todo a lo largo de más de treinta años de carrera musical, pero siempre queda espacio para compartir alguna que otra apreciación respecto a sus presentaciones que han alcanzado el status de rito y porque no decirlo, de celebración religiosa.


La descalza e incomoda Lauren.

Bueno, desafortunadamente me perdí de la presentacion de Ágora por cuestiones ajenas a mi voluntad (un desayuno que me cayó pesado) y alcancé a ver algo más de la mitad de la actuacion de Lauren Harris, quien no logró llenar las espectativas de un Foro Sol a mitad de su capacidad. Rechiflas, algunas mentadas de madre y un poco de basura al escenario fue la respuesta de la gente ante la, digamos, tibia actuación de la linda britanica, quien a pesar de su evidente belleza (y encantador acento) no pudo hacer contacto con el personal. Lauren Harris desarroya un hard rock con algunas reminicencias glam de facil digestión (tal vez muy facil) y su desempeño escenico en realidad no es malo, se le nota el trabajo sobre tablas sean europeas o gabachas; las mexicanas las pudo manejar hasta cierto punto. El año pasado le fue mejor, cuando vino como único acto de aprertura de Maiden. “I've give a shit” fueron sus palabras más sentidas poco antes de que se despidiera del público mexicano que puede ser muy poco tolerante, como más delante se vería en toda su expreción.


Morbid, Morbid, Morbid.

El inmenso escenario cubierto con vaporosas mantas negras encajaron más que a la perfección para recibir a los oriundos de Florida (casi nuestros connacionales, espirituales al menos) MORBID ANGEL. Un gran equipo humano se encargaba de desalojar el equipo de la banda anterior para que en menos de 20 minutos estuviera listo el de la siguiente, caso que se repitió con todas las bandas, menos Maiden. Lo primero en aparecer en el escenario fue un mostruoso kit de bateria que hizo que la gente saliera de sus casillas y comenzaran a moverse de un lado a otro sin contemplaciones como si de una sola mole humana se tratara.
Aparece el delgado Pete Sandoval quien poco a poco checaba el sonido de su instrumento, se le unió Trey Azagthot con una Jackson azul y el otro guitarrista Thor Anders con una Dean negra con las orillas grises. Un repazo mortal de Sandoval a su bateria arranca los alaridos de la gente e invoca al siempre apreciado David Vincent con un bajo tambien Dean color rojo y luciendo el orgullo que siente por los seguidores mexicanos en el rostro. “Hey México” saluda y despues de breves palabras arrancan con “Rapture” de su afamado album Covenant. Aquello era un hervidero, la gente caía, se arrebataba y no ocultaban las brutales emociones que despierta el Death Metal más fino que se ha creado. “Get ready for the Pain Divine” recalca Vincent golpeandoce el pecho y lanzando asecinas miradas al publico, el corte que en el disco le sigue precisamente a “Rapture”. Yo estaba en la gloria. De nuevo Vincent dirijiendose largamente a la gente que a merced de Morbid se encontraba, un tema nuevo “Neverland” asalta demoliendo oidos. Los años le han dado a Morbid Angel este status de culto y el conocimiento para dominar cualquier entarimado en el que se presenten. Aunque hay que decirlo, la guitarra de Anders sonaba debil y se perdia sobre todo al momento en que hacia solos por su cuenta. Vino “Mass of Torment” para deleite de los viejos seguidores y de los más aferrados. De repente Vincent se despide, pues su tiempo ha terminado, lo que me hace mentar madres (no contra ellos) pero no sin antes regalarnos un ultimo tema como epilogo de una corta pero intensa actuación; se ha desecho en agradecimientos, saludos puño en alto y deja de manifiesto que reconoce la fidelidad de los mexicanos. “Chapel of Ghouls”, un largo y tortuoso (a webo!!) solo por parte de Azagthot nos enfrenta con ese templo de Ostx que invoca con su interpretación, IA IA SAKKAH!!. Muchas gracias Morbid Angel, ojalá los vea dentro de poco.


Go back to your fuckin' country, Atreyu.

Algunos gabachos con facha de surfers-pachecos-retrasados estaban sobre el entarimado y pasaron todavía otros varios minutos en salir Atreyu, quienes habian dejado ya una manta de su nombre como fondo. Al aparecer los mentados, me di cuenta de que salieron con todo el ánimo del mundo que se trasformó en un “cierro los ojos pa que no vean que me cago”. Dos temas seguidos, ninguna conseción, de parte de la gente digo. Un Foro Sol rugiente, un “buu” que hacer temblar el suelo, que bueno que no dejan pasar botellas (es un decir).
El hibrido de hard core, emo, gritos y bajistas que no tocan, pero brincan fue lo ofrecido por los norteamericanos blancos del odio de un recinto a más de la mitad de su capacidad. Si el nü metal era irritante, esta muralla sónica resulto insoportable; infinidad de manos con el dedo medio en alto, de mentadas, de basura arrojada al escenario. “Mecsicou, let me see your meddle fingers in the air” y bajamos las manos. “Mecsicou, come on, throw more stuffs to the stage” y cesó la lluvia de basura; estaban humillados y ni asi se bajaron, no cabe duda que Jackass se convirtió en un fenomeno cultural en la chaviza de los vecinos del norte.
Debieron tocar unos doce temas y lo que al inicio parecia divertido de ver (que esos gabachos aguantaran mentadas, basura et al) se convirtió en un espectaculo sinceramente cagante, con ganas de que no existiera valla ni seguridad y haber podido bajar a punta de madrazos a esa mamada de grupo. Ya no hay moral. Atinadamente les mandaron de regreso las baquetas arrojadas al publico.


Oh Carcass, oh Carcass.

La manta de Tools of the Trade en lo alto, las pinturas de reses abiertas en canal del disco Heartwork, el olor a mota en el aire...Era el momento de Carcass.
La noche no se decidía a caer del todo cuando suena la inconfundible intro del grupo y salen a escena Michael Ammoth, Jeff Walker y compañía. Este se trata de otro regreso a tierras mexicanas. Pues bienvenidos.
Los de Liverpool abrieron con la infalible Reek of Putrefaction, y siguiendo con Corporal Gigsore Quandery, creo. México los amaba y ellos por igual. Walker en su limitadísimo y medio pocho español se dirije al respetable el cual Aplaude cada palabra pronunciada a medias “México, cabrones, chingón, ustedes muy loco”. Una sonorización perfecta y una ejecución sin paragón hacen olvidar sin ningun contratiempo el mal rato pasado con Atreyu.
Jeff nunca pierde contacto con la gente y estos lo sienten, recuerda y platica (en inglés) una antigua presentación en nuestro país. Pasan “This Mortal Coil” “Buried Dreams” y otros temas de su etapa grind pero refinados.
-“Eh Mexico, ustedes encanta Agora!!”
-”Yeah!!!”
-”Ustedes encanta Lauren Harris”
-”Yeah!!!” (choreros)
-”Ustedes encanta Morbid fuckin' Angel!!”
-”Yeaaaaaaaaaahhhhhhhh!!!!!!!!”
-”Ustedes encanta Atreyu”
-”fi fififi fi” chinga tu madre!!!! (no es tu culpa Jeff). Lo curioso de la actuación de Carcass.
El fin de su presentación se aproxima pero en ningun momento bajan los ánimos brutales del público. “Exhumed to Consume” inconfundible y la sorpresa de la noche al unirla con el himno no oficial de Carcass “Heartwork”. Estupenda actuación la ofrecida por el cuarteto.



We will never surrender.

Eran cerca de las 19:30 cuando Carcass finalizó su set, dejando la velada en manos de los cabeza de cartel IRON MAIDEN. Un ejercito de trabajadores comandados por ingenieros de luces iban y venian de un lado a otro del escenario; la espectativa, los nervios, “Breaking the Law” en el p.a. Y alguien me dice, “yo creo que ahorita con Maiden va a estar más leve el pedo con la banda no?”. Pues no.
A las 20 hrs se apagó la luz. Transylvania. Video en pantallas gigantes. Cánticos. Comienza el evento....
Esta es la gira que viene a ser la segunda parte de “Somewhere back in Time” y por lo mismo se trata de revivir los gloriosos años 80 sobre todo por la escenografía inspirada en la gira del “Powerslave” de 1984. Si alguna vez se ha visto el video “Live After Death” del grupo, se sabe que abren con la grabación de un discurso del primer ministro durante la segunda guerra mundial Winston Churchill, el cual pone los pelos de punta pues viene seguido de “Aces High”; es un delirio y pocos pueden creerlo.
Rompiendo madres, salen a escena Harris y compañía estando éste en primer plano, gritando con todo y un Dickinson que nunca para de moverse, de correr, de ser precisamente Dickinson. Murray muy propio, Gers en plena forma y siendo un loco y Smith con su aplastante presencia domina al respetable. Son los amos, lo saben, lo sabemos y nos encanta.
Pasa “2 Minutes to Midnight” y la primer sorpresa de la noche anunciada por el siempre luminoso Dickinson, “Children of the Damned” e incluso alcanza a contar alguna anecdota sobre la grabación de este tema y aparece Adrian Smith con guitarra doble en mano.
Volteo la mirada un momento hacia los asistentes, no han llenado el recinto, la crisis esta sobre nosotros, pienso.
Cambio de fondo y se revela al Eddie Trooper, que arranca gritos como si la propia manta estuviera interpretando el tema. “You take my life, but i'll take yours
too...” al unísono gente y grupo, una comunión enmarcada en Heavy Metal británico. La gente se ha vuelto un nudo inconmesurable de carne y sudor, me alejo un poco y tengo una perfecta apreciación del escenario, audio de sueños, buena perspectiva respecto al grupo y sin nadie que me empuje, sólo la infinidad de nacos que pretenden grabar el evento con los miserables sistemas de sus patéticos telefonos celulares. Eso me encabronó unos minutos hasta que Mr Dickinson viene a presentarnos un tema de proporciones bíblicas y que en lo personal me hace babear, una advertencia “sobre lo que uno no debe hacer cuando un ave caga sobre nosotros, The Rime of the Ancient Mariner”. Niebla y más niebla, trajes raídos, lo narrado, la campanilla, la pirotecnia, tronidos en la estructura de las luces y trece minutos de orgasmo sonoro.
Luego una nueva sorpresa de las tres advertidas por el fronman al inicio del evento sobre temas que nunca antes habían tocado. “The Phanton of the Opera”.
Pienso en lo enorme que resulta una presentación de estos británicos y en lo entrañable que resultan sus canciones, han sido complices de miles de momentos en las vidas de millones de fanáticos alrededor del orbe, hemos hecho nuestras esas canciones y esa es la magia innegable del Heavy Metal. Pienso en que no importa que se haya convertido en una formula los cánticos en “Fear of the Dark”, por ejemplo, hay algo intrínseco e indescriptible, algo que esta muy lejos de ser fanatismo y que toca los terrenos de lo místico.
He estado de pie las últimas seis horas y la sed ha hecho estragos en mi boca, las piernas me duelen espantósamente al igual que el cuello, la espalda me dá punzadas...”Run to the Hills”. Han pasado muchos clásicos más (“Powerslave”, “Wasted Years” por decir algunas) y de buenas a primeras Bruce se despide de los mexicanos a manera de broma y desaparecen por espacio de unos cinco minutos, para regresar con la história de un rito diabólico presenciado por un incauto hombre común; introducción coreada por miles y un quimérico demonio con rayos lasser por ojos: “The Number of the Beast”. “Sanctury” nos hace brincar con más que posibilidades, “Iron Maiden” (Adrian Smith con una guitarra Gibson SG muy vieja) y lo que de momento se me había olvidado, era un atractivo particular de esta gira: la esfinge descomunal que a mitad de la canción se parte a la mitad y deja al descubierto la gigantesca momia de Eddie arrojando chispas por los ojos.
Todos los Maiden sacan amplios sombreros de charro y Dickinson nos anuncia un poco a manera de sentencia “estamos trabajando en otro disco de estudio y el próximo año estarémos de regreso y esperamos que cada uno de ustedes traiga al menos tres amigos, pues queremos reventar este lugar” y casi de inmediato descargan sobre nuestras cabezas la electrizante “The Evil That Men Do” y presentan al Eddie de “Somewhere in Time” que sardónicamente pretende hacerse una puñeta frente a nuestros ojos. Encantador.
Termina el evento con la entrega de pertenencias por parte del grupo a la gente, muñequeras, uñas para guitarra, baquetas, cueros de tambor e incluso el sombrero charro de Dave Murray. Por varios minutos queda Nicko McBrain solo en el escenario y es un gigante , un adorable y descalzo gigante. Una actuación son precedentes. México, fieles hasta la muerte.
De regreso al camión sólo pienso en descanzar, lo que es dificil en un camión de poco amables asientos y al menos cuatro horas de viaje de regreso.
Ha culminado el mejor concierto al que haya asistido en mi vida, al que fui lleno de temores, porque pues algo tan bueno era dificil de creer, pero tengo la playera que demuestra que fue real y mucho. Enhorabuena IRON MAIDEN y los esperamos el año entrante, algo tan grande ocurre solo una vez al año y estoy siendo muy positivo.