jueves, 12 de febrero de 2009

otro cuento.

HEAVY METAL EN LA NOCHE.


Heavy Metal en la noche un tanto ebria, un tanto desnuda, un tanto tu piel salada sobre almohadas de sombras. Te miro en un delirio agudo, sin embargo profundo. Lineas de sangre trazadas con cuerdas de guitarra, recorren tu voluptuosa ingenuidad.
No corras, no esperes, esta el tiempo a merced de tu cuerpo y tus labios; esta el mundo bajo el yugo de tu cintura y la tiranía de tus senos, en el ir y venir de tu sangre corre un 1982 británico, buscando incendiar tus manos ágrias y húmedas.

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De escaparse de su casa el único lugar que se le ocurría como refugio era la casa Julia, ya que ella es la única que vive sola y resulta ser la opción menos obvia para quienes eventualmente la quieran buscar; eso o quedarse a dormir en la calle lo cual no es alternativa, pues cerca de la tres de la madrugada el frío es demasiado severo.
Un día Julia le contó que no era tan malo dormir en la calle y que siempre había opciones para resguardarse tanto de criminales como de policías; los hospitales por ejemplo, para cuando uno se siente despojado de toda humanidad o las salas velatorias que no resultan tan opresivas ya que es más ligero el aroma a resignación que el de espectativa. En las ciudades grandes siempre esta la opción de los cafés de 24 horas siempre y cuando se tenga dinero para el consumo mínimo y un libro, elementos con los que nunca contaba en realidad. El hábito por la lectura simplemente nunca se lo pudo imitar a Julia, otros rasgos como tomar café sin azúcar o escuchar jazz experimental los adoptó rapidamente, unauqe esto último no lo comprendia del todo. Siempre estaba Julia con un libro en la mano, acompañada o sola, o cuando la compañía se tornaba aburrida.
La casa de Julia ya le resultaba conocida, era un departamento muy tranquilo aunque no muy ordenado, bastante común en realidad pero acojedor. Conocía además ya un poco sus costumbres y sabía que a ella no le incomodaba que se quedara ahi por unos días.
Pensar en quedarse con Julia le iluminaba los ojos, verla por las mañanas sólo en pantaletas tomando el desayuno hasta el momento en que el boiler deja de rugír y se meta a bañar, el baño fragante a jabón y vapor, los zapatos alineados frete a la cama y sobre ésta la ropa que usaría duante el dia hasta llegada la noche y llevara de regreso a casa la cena para su roomate y demás detalles hacían que la felicidad estuviera al alcance de un beso, que si un día la suerte asi lo quería, podria darle en esos labios siempre húmedos y asi dormir junto a ella recordando los nombres de amigos ya desaparecidos.
Eso haría si decidiera escapar de su casa, pero a los quince años es un lugar tan común que por pura weba se rehusa a llevarlo a cabo y prefiere que la noche se le vaya en contemplar fotos de Julia y de su departamento del único día que la invitó a pasar.

1 comentario:

  1. JA, mira lo que me llego a mi mail, que buena sorpresa cabrón!!!!!!! que chido :D un besote y ya ven por que tenemos muchoooooooooooooo que hablar jajajaja

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